Islandia
es un país muy pequeño. Muy pequeño en población. Y esto es lo primero que hay
que saber, más allá de aquellos recuerdos
de infancia que nos lo presentan como un país al que nuestra selección de
fútbol ofrecía una goleada espantosa en las clasificatorias europeas o del mundial.
319.014 habitantes. Poco menos que la ciudad andaluza de Córdoba. Y Reykiavik,
su capital, abulta poco menos que Lugo.
Muchas
cosas llaman la atención en Islandia. No solo sus paisajes absolutamente
subyugantes. Es, quizás, el único país del mundo que no cuenta con red
ferroviaria. En definitiva, que si te gustan los trenes, Islandia es el sitio
más equivocado para visitar. Ahora bien, si te atraen los volcanes, vete
derecho hacía allí. Más de 200. Quizás te pille alguna erupción. Se producen
cada cinco años.
Analicemos
su economía: Islandia tiene un PIB (2012) de 10. 628 millones de Euros. Si la
comparamos con España es una economía 100 veces más pequeña, lo que simplifica
su dificultad de gestión.Lo más sorprendente es que si comparamos ( en cifras)
Islandia con Zara (Inditex) ¿Quién pensáis que pesa más?. Zara. La compañía
gallega facturó 15.946 millones de Euros en 2012 y sus activos ( 10.949
millones de Euros) superan todo el PIB de Islandia. Los demás parámetros nos
presentan una economía que conlleva una mayor riqueza de sus habitantes (
Islandia 37.976 Euros p/c y España 22.700). Por otra parte, su inflación es
superior a la española ( 3,83 %frente a 1,5%).
Lo más llamativo es el dato del
paro. Nuestro lamentable talón de Aquiles que tira por tierra de la forma más
miserable cualquiera de nuestros intentos de sacar cabeza. Nosotros 26,30%,
ellos 5,80%.
Islandia
es autosuficiente energéticamente. Aprovecha la energía hidroeléctrica y
geotérmica que su naturaleza le ofrece. España basa su política de energía
sobre los pilares del más absoluto dislate, dando atrozmente la espalda a su
potencial de generación de energía no contaminante como la solar o eólica. Uno
de los errores más irresponsables y caros que pasarán, con otros, a engrosar la
lista de desastres que se nos avecinan. Islandia invierte el 3% de su PIB en
I+D. España el 1,1% y bajando. Ignominioso baldón del que nuestros gobernantes no se han de sentir
orgullosos.
Otra de
las señas que más me llaman la atención de este pequeño y admirable país es su
sistema político. Y como todo sistema político, con sus contradicciones.
Indudablemente, un país tan pequeño, con el 92% de su población concentrada en
zona urbana y con una densidad que apenas llega al 2% es más propenso a
desarrollar mecanismos de democracia directa. No quiero decir con ello que la
democracia directa no pueda abrirse paso en países más grandes, pero Islandia
es un terreno más fértil para estas experiencias. (cuando hablemos de
California, incidiremos en los peligros de llevar la democracia directa a todo,
como si fuera la forma más pura y efectiva de democracia). La clave quizás esté en el mestizaje, también en las
fórmulas de democracia, y en que la democracia representativa funcione. Lo digo
porque se ha visto la gestión islandesa del colapso financiero de 2008 como la
panacea a la solución de los desmanes generados por el hipercrecimiento del
sector financiero.
Islandia
tenía en 2007 varios bancos cuyos nombres ocultaban, precisamente, que eran
bancos. Más bien tenían denominaciones parecidas a la de esas tiendas de
yogures helados que proliferan en nuestras calles. Glitmir, Landsbanki,
Karpthing y Icesave ( este último parece la marca de un after save o de una afeitadora). Ellos representaban en
volumen superior en diez veces el PIB de Islandia. Y tras la erupción-nunca mejor
dicho- del sistema financiero mundial en 2008 , se fueron literalmente al
garete. Ofrecían grandes rendimientos a los ahorradores holandeses y británicos
que , en vez de dejar su dinero en su colchón o en sus bancos, preferían
depositarlos en las “neveras financieras islandesas”. Rendimientos del 6 o 7%
atrayeron a cientos de miles de ahorradores. Desde luego, el dinero no conoce
de patrias mientras rinda.
Y aquí
entra en juego el pueblo islandés. Frente a las soluciones de reembolso
propuestas para pagar a los ahorradores holandeses y británicos ,el Presidente
de Islandia imponía su derecho a veto llevando la decisión , mediante
referéndum, al pueblo. Y el pueblo dijo que no. Que no se devolvía la pasta en
los términos acordados. Se pidió, entonces, dinero al FMI con condiciones al más puro
estilo FMI: tasa de interés al 18%. Deuda a pagar que multiplicaba seis veces su PIB. Como si nosotros tuviéramos una deuda de 6 billones de euros. Las
consecuencias de la decisión no fueron tan benignas como se nos presentaron:
reducción del consumo de las familias islandesas en un 25%, los salarios
bajaron y la inflación subió.
Los islandeses también salvaron a sus bancos
después de la quiebra, igual que aquí y protegieron sus depósitos. Hoy los
islandeses deben en deuda per cápita 31.221 Euros. Pasaron del 27.90% en 2007
al 99.10% en 2012. Los españoles hemos seguido pareja senda, aunque sin contar
directamente con nuestra opinión. Hoy debemos 19.113 Euros por cabeza. En 2007
eran 8.531. Pasamos de un 36.30% en 2007 a un 84,20% en 2012. Y creciendo,
oiga. Así pues, en crecimiento de deuda, Islandia y España se parecen a dos gotas
de agua.
La
única diferencia significativa entre la forma de gestionar la crisis entre los
islandeses y nosotros es que allí se contó con la opinión directa del pueblo.
El resultado, aún así, es parejo. Se salvaron los bancos en los dos lados. Y hubo
consecuencias graves sobre la ciudadanía en los dos sitios. Sin embargo, esa única diferencia pesa mucho cuando es el
ciudadano de “a pie” el que sufre de forma más dura los ajustes y medidas. En
Reykiavik y en Talavera la Real.
Y ,
aunque parezca mentira por las diferencias de cultura, no es arriesgado afirmar
que los islandeses y los españoles nos parecemos cada día un poco más. No por
ellos, que se parezcan más a nosotros. Es que nosotros nos dirigimos a un
escenario político más parecido al de los islandeses. Allí no conocen el
bipartidismo. Políticamente, Islandia es multipartidista. Hasta la elección de
los miembros del gobierno se pacta entre los partidos políticos con mayor
representación en el Parlamento. Tienen un partido de centro- derecha ( como el
PP), otro de centro izquierda ( como el PSOE), de izquierda-ecologista
(IU-Verdes) y otros socialdemócratas. Se habla de modelo multipartidista y transversalista
entendido este último adjetivo como superador de las ideologías de
partido y enfocado a los intereses nacionales. No de otro modo se entiende el
“rebote” que cogieron las autoridades islandesas cuando Obama retiró en 2006
las tropas estadounidenses de la base de Keflevik. Ya en 2003, cuando se habló
solo de reducir la base, hubo protestas de la población y del gobierno por el
peso de esta base en la economía local. Desde ese transversalismo se puede
entender que Islandia apoyara la guerra de Irak y mandara tropas a Afganistán.
Por
ello, cuando el escenario político español avanza hacia un deterioro, quizás
leve, del rocoso bipartidismo, nos
acercamos ligeramente al modelo islandés con su transversalismo incluido.
Este
esbozo sobre Islandia nos dice que no dejamos de ser ciudadanos de un mundo
habitado por seres humanos. Nos parecemos más de lo que pensamos y hasta los
islandeses nos ofrecen modelos en los que, en algún aspecto, nos podemos sentir
identificados. En el próximo post, como siempre, hablamos de música. De Islandia, que la tienen y buena.
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Of Monsters and Men son un grupo de Islandia que ha triunfado en el mercado internacional. Número 6 en USA, 3 en UK y 1 en Australia y en Irlanda. Hacen una mezcla de indiepop y folk muy efectiva.
Of Monsters and Men son un grupo de Islandia que ha triunfado en el mercado internacional. Número 6 en USA, 3 en UK y 1 en Australia y en Irlanda. Hacen una mezcla de indiepop y folk muy efectiva.
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